En Sudáfrica se encontraba Ricardo Arias para relatarla y me tocaba conducir el programa. En eso -ya estábamos en el aire, serían las cuatro de la tarde-, se me acercó Hugo Domínguez, compañero de transmisión:
-Lo mataron a Bonavena.
¿Qué hacer? Yo no tenía mucha experiencia en manejar ese tipo de cosas. Con Bonavena era todo posible, hasta que él mismo hubiera inventado la noticia, siempre listo para la promoción. Con decir que había inventado una bomba en el avión que lo llevaba a Nueva York para pelear con Alí... Pero esto parecía demasiado... Finalmente y luego de varios chequeos, llamados y consultas, confirmamos la noticia y salió al aire un periodista de la agencia EFE para darla a a conocer... En Reno, Bonavena había sido fusilado de un tiro en el pecho.
RICARDO ARIAS, a su vez, confirmada la noticia -ya dije que iba a relatar la pelea para Splendid- se la dijo a Norberto Bianchi, gran amigo de Tito Lectoure, y Bianchi se la pasó al promotor.
-De esto ni una palabra a nadie -dijo Tito-. Galíndez no debe enterarse: lo quiere mucho a Oscar y eso lo va a afectar mucho...
Finalmente, llegó la batalla del Rand Stadium. Bañado en sangre, Galíndez peleó no solamente contra Richie Kates sino contra esa tremenda y sangrante herida que le bañaba la cara de sangre...
Ganó por nocaut Galíndez, nocaut en el último round (las peleas eran a 15) y vino el festejo y la euforia, el desahogo de tanta tensión. Y fue entonces, mientras lo estaban cosiendo, que Lectoure le dio la noticia a Galíndez.
El Noble Guerrero, recién entonces, rompió en llanto puesto que había resistido todo, menos el dolor de semejante noticia.
Aquel 22 de mayo de 1976 quedó escrito a fuego en el corazón del boxeo argentino, cuando la Gloria y el Drama se cruzaron para siempre...
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